Muchos de nosotros hemos soñado durante años con convertirnos en nómadas, viajar y trabajar por todo el mundo, viviendo aventuras sexuales en todos los lugares posibles. Desde follar en trenes, orgías en habitaciones compartidas y, por qué no, incluso una buena mamada en el centro de Madrid.
Pero llegado el momento no sabemos cómo actuar, queremos construir cientos de relatos eróticos con nuestras experiencias pero sabemos que hay inconvenientes preocupantes, como el tráfico sexual que suele asociarse a la industria del “turismo sexual”.